JUSTICIA Y PAZ

Trabaja con afán para que se forme entre los pueblos

una sensibilidad respecto al deber de promover la paz, especialmente con ocasión de la Jornada para lograr la Paz en el mundo.

Campos de acción de Justicia y Paz

JUSTICIA.

Entran en este ámbito las cuestiones correspondientes a la justicia social con los problemas específicos del mundo del trabajo; injusticia internacional, con los problemas relativos al desarrollo y su dimensión social. También anima la reflexión, bajo el perfil ético, de la evolución de los sistemas económicos y financieros, y examina esta problemática unida a la cuestión ambiental y al uso responsable en la administración de los bienes de la tierra.

DERECHOS HUMANOS.

Dedica una atención particular a este aspecto, que ha asumido una importancia creciente en la misión de la Iglesia. La DSI ha puesto especialmente de manifiesto la dignidad de la persona humana como fundamento para la promoción y la defensa de sus derechos inalienables.

Identidad Franciscana

Si los valores de JPIC están ya presentes en nuestra Orden desde su inicio porque son valores de la espiritualidad de Francisco, en su dimensión social, como ahora los entendemos, empiezan a adquirir relieve en la Orden después del Concilio Vaticano II.

Desde entonces ha habido todo un proceso de maduración hasta llegar hasta las actuales Constituciones Generales, en las que la opción por la justicia, la paz y la integridad de la creación aparecen con toda claridad.

“Siguiendo las huellas de S. Francisco, muestren los hermanos hacia la naturaleza, amenazada en todas partes, un sentimiento de respeto, de modo que la tornen totalmente fraterna y útil a todos los hombres para gloria del Creador”.

Vivir la JPIC lleva a fomentar la paz en el trato mutuo de los hermanos, a aprender a resolver los conflictos en forma no violenta, a vivir el perdón y la reconciliación; a tener en cuenta en el proyecto de vida comunitario el análisis de la realidad, el servicio a los pobres, la vivencia concreta del respeto por la creación mediante un estilo de vida sobrio, el uso evangélico y, por eso, solidario de nuestros bienes.

El trabajo transformador de la realidad que pretende JPIC no es simplemente un trabajo social sino que es misión evangelizadora, realizado desde la llamada que el Señor Jesús nos hace a anunciar, con obras y palabras, el reinado de Dios, que es tarea de humanización y de fraternidad universal.